Quetzalcóatl, ave y reptil, La serpiente emplumada, el dios que fue adorado en Tula, en Chichen Itzá, que zarpó hacia el Este y que prometió regresar.
En el Estado de Morelos se encuentra Xochicalco, sitio arqueológico en donde Quetzalcóatl estudió para ser sacerdote, y llegar a tener el rango de deidad en las culturas prehsipanicas.
De esta impresionante zona en donde se hizo una importante atadura de años para sincronizar calendarios de diferentes culturas de aquella época, la distancia a la capital de Morelos son 20 kilómetros.
Se puede optar por hacer uan escala en Cuernavaca o seguir hacia el siguiente punto de la excursión, Tepoztlán, polo que capta 20% de los ingresos de turismo del Estado, ubicado en el área protegida del Chichinautzin.
Pasando Tepoztlán, a pocos kilómetros está Amatlan de Quetzalcóatl. En este lugar nació dicho personaje, para quien hay una peculiar escultura en el centro del pueblo. Se dice fácil, pero es muy importante señalar que de hombre pasó a ser un dios, y que de ser un individuo pasó a ser una colectividad de sacerdotes orientados hacia un mismo fin y que llego a ser ligado al planeta Venus en su brillo estelar.
En Amatlán, emprendedores conocedores de nuestra cultura ancestral y de lo curativo de los baños antiguos, organizan emocionantes caminatas por la zona boscosa y tropical de la región, para conocer rincones maravillosos y apacibles de la naturaleza circundante.
Luego, se pasa al Temazcal que es conducido con fines curativos, relajantes, de recuperación y desintoxicación (no solo fisiológica).
Cultura y salud en un mismo paseo, sol y sombra, exterior e interior, un recorrido que nos hace contemplar lo que nos rodea y lo que hay en nuestro contenido. Todo bajo la presencia espiritual del gran Quetzalcóatl.