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DESIERTO DE LOS LEONES


En el Distrito Federal hay grandes bosques y hasta sembradíos (de hecho la ciudad es el principal productor de nopales del país) pero la imagen urbana predomina en la mente de propios y extraños.

El Parque Natural Desierto de los Leones se denomina así por decreto presidencial del año de 1917 por Venustriano Carranza, y ocupa parte de la Delegación Cuajimalpa y de la Álvaro Obregón.
Durante la época colonial los religiosos de la Orden de los Carmelitas descalzos establecieron ahí un sitio de retiro, silencio y oración, y cuando el bullicio de la ciudad los alcanzó, se dirigieron a fundar el Santo desierto del Carmen, en el Estado de México.

Así, el Convento del Desierto de los Leones quedó desocupado, y al ser decretado como Parque Nacional se abrió al público para su descanso, esparcimiento y convivencia.

Ya sea para disfrutar su entorno verde, boscoso, en una agradable caminata...


O conocer las instalaciones que levantaron y ocuparon los frailes en su aislado convento...

Y ya estando aquí, pues es muy fácil buscarle el lado fotogénico al lugar, al grado que hay parejas que hacen aquí su foto de bodas, especialmente en el jardín...


Dos ríos nacen en este lugar, el Río Mixcoac y el Río Hondo, y la fauna y flora que aquí prevalece es muy variada y valiosa. El sonido del agua fluyendo en el río acompaña al caminante que se interna en el bosque...


Las casi dos mil hectáreas del Parque, combinadas con las instalaciones del convento, los asadores y bancas repartidas en una sección del Parque, las facilidades de estacionamiento y sanitarios, junto a la variada oferta de alimentos y artesanías, hacen de este lugar un muy agradable paseo. Es recomendable ir con ropa adecuada para un clima frío moderado.
Una sección que divierte a mucha gente es la del sótano, muchos le llaman catacumbas, y como está obscuro, es necesario visitarlo ayudado de un encendedor o de una vela.


Es muy agradable hacer un recorrido por el bosque visitando una a una las diferentes ermitas que los frailes construyeron. Y hay quien lo hace incluso en bicicleta de montaña o a caballo. También hay un lago con patos a los que se puede alimentar.

Hace un tiempo, el público mexicano e internacional vio en las salas de cine la película "Kilómetro 31" que trata de una vieja leyenda de un personaje que habitaba en este Parque, y a través del Río Mixcoac llegaba a una región más poblada de la ciudad de México. La trasendencia de la película ya tuvo su momento, pero rescató de un completo olvido dicha leyenda.