Simple y llanamente, irse con zapatos cómodos, nada llamativo en joyería o prendas, para escuchar, oler, sentir, palpar, captar como y donde se hacen las grandes compras, como actua el mexicano capitalino que acude a esos centros de abasto tradicionales y antiguos, y como hace su vida la gente que día a día trabaja ahí: el que vende, el que carga, el que compra, el que va a animar el día a la concurrencia, el merolico que ofrece remedios para todo, el niño que hace su tarea junto a la bicicleta de su papá, o la niña que ayuda a su mamá a despachar.
Primero que nada, conocer el mural de Diego Rivera en el Palacio Nacional en donde se retrata a un dentista, a un juez, a una prostituta, y a la infinidad de productos que se vendían en ese gran mercado que impresionó a los conquistadores europeos. Aquí se entiende mejor el significado y arraigo que tienen los mercados para los capitalinos.
Primero que nada, conocer el mural de Diego Rivera en el Palacio Nacional en donde se retrata a un dentista, a un juez, a una prostituta, y a la infinidad de productos que se vendían en ese gran mercado que impresionó a los conquistadores europeos. Aquí se entiende mejor el significado y arraigo que tienen los mercados para los capitalinos.
Seguir por la calle de Moneda atravesando toda la vendimia informal a un costado del mismísimo Palacio Nacional con el incansable organillo, hasta llegar a la avenida Circunvalación.
Dirigirse al mercado más grande de México y de Latinoamérica, La Merced. La Nave Mayor con venta de frutas, verduras y legumbres, la Nave Menor ofrece carnes, pescado, lácteos, abarrotes y carnes frías, su Paso a Desnivel tiene comida preparada y antojitos, la sección Ampudia se dedica a vender dulces, el llamado Merced anexo ofrece artículos para el hogar, el Merced Flores se dedica a la venta de flores naturales y artificiales y el Merced Sonora (también llamado Mercado de Sonora) que se especializa en plásticos, animales vivos y hierbas medicinales.
Dirigirse al mercado más grande de México y de Latinoamérica, La Merced. La Nave Mayor con venta de frutas, verduras y legumbres, la Nave Menor ofrece carnes, pescado, lácteos, abarrotes y carnes frías, su Paso a Desnivel tiene comida preparada y antojitos, la sección Ampudia se dedica a vender dulces, el llamado Merced anexo ofrece artículos para el hogar, el Merced Flores se dedica a la venta de flores naturales y artificiales y el Merced Sonora (también llamado Mercado de Sonora) que se especializa en plásticos, animales vivos y hierbas medicinales.
Y en la sección de brujos, puede encontrarse el remedio para aquella dolencia, molestia, problema o sensación que el caballero o la damita tenga en su cuerpo y no le deje ya concentrarse en su vida normal.
Si antes o después de este verdadero baño de pueblo y profundo paseo por la realidad comercial de millones de mexicanos, se desea conocer la versión oficial mexicana del fenómeno económico, entonces el visitante también debe darse un tiempo para conocer el Museo Interactivo de Economía.
